viernes, 1 de febrero de 2013

Magnetismo


Después de cruzar el lago, arribaron a Genesaret. Cuando la gente reconoció a Jesús, la noticia de su llegada corrió rápidamente por toda la región, y pronto la gente llevó a todos los enfermos para que fueran sanados. Le suplicaban que permitiera a los enfermos tocar al menos el fleco de su túnica, y todos los que tocaban a Jesús eran sanados. Mateo 14:34-36

El magnetismo es un fenómeno físico por el que los objetos ejercen fuerzas de atracción o repulsión sobre otros materiales; y uno de los objetos   por excelencia para demostrar este fenómeno son los imanes; aquel material que de  diversas formas y tamaños, tienen el poder de ejercer una influencia poderosa sobre otros objetos metálicos al punto de atraerlos inminentemente. Si por un momento pensamos en el ministerio de Jesús en la tierra, nos daremos cuenta que al igual que un imán, Jesús atraía multitudes con una especie de magnetismo, donde sin mucho esfuerzo, miles de  personas corrían a su encuentro, para recibir de él enseñanza, milagros y amor. Tan solo era necesario escuchar que Jesús estaba en la ciudad para que todo el pueblo saliera en búsqueda del mesías. El Ministerio del maestro nos enseña que parte de la proclamación y extensión del reino es la atracción; y para él esta atracción se ejercía a través de la cobertura de necesidades, es decir, si la gente necesitaba alimento, Jesús oraba al Padre por alimento, si la gente necesitaba sanidad, Jesús milagrosamente les sanaba, y si la gente necesitaba palabra, allí siempre estaría Jesús para enseñarles las escrituras y el camino al cielo; sin duda era un ministerio hacia la gente; y por la obra de Jesús muchos creían y eran salvos!

Deberíamos meditar en esto y mirar con atención que trabajo hacemos como cristianos en lo particular y como Iglesia del Señor, pues nuestro llamado es a atraer, pero cuidado, no se trata de atraerlos hacia nosotros, sino a los pies de Jesús. Tomate un momento para pensar si como creyente eres una persona que con su testimonio, con sus palabras y con muestras de amor atraes a otros hacia Jesús o por el contrario, tus malas actitudes, tus palabras, tu silencio o  tu doble vida alejan a los perdidos de conocer  a Cristo.

Cuando la gente se enteraba que Jesús estaba en la ciudad, corrían a su encuentro, podían reconocer que el Padre estaba con El, y al acercarse eran transformados, sanidad, liberación, bautismo, nueva vida…. ¿los que no le conocen están corriendo hacia ti para conocerlo? ¿eres un reflejo de la presencia de Jesús en tu vida? ¿estas proveyendo respuesta a las necesidades de los perdidos?  Empieza hoy mismo… puedes comenzar por hablarle a alguien de Jesús y su plan de salvación para su vida.

Atráelos y condúcelos a los brazos de papá!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario