¿Cuántas veces
nos hemos enfrentado a una situación en la que debes decidir si comprar lo
necesario o “lo que te gusta”? ¿Lo útil o lo superficial? ¿Aquello que le da
placer al cuerpo o aquello que necesita el cuerpo?... ¿Si miramos nuestros
estantes, closets o armarios encontraremos lo necesario, o nos enfrentaremos a
un sinfín de artículos cuyo único beneficio es el de llenar nuestros espacios
dándonos una aparente abundancia?; sepa usted que generalmente algo similar ocurre
en nuestras mentes y corazones; durante nuestra vida empezamos a adquirir,
llenar y saciarnos de lo vano, lo superficial y lo “sin sentido” que ofrece
este mundo; esto nos da una especie de satisfacción y tal vez una sensación de
éxito, pero mi querido amigo(a), cuando nos enfrentamos a nuestra fuente de
autoridad, que es la Biblia, la cual nos desnuda y nos deja sin escudos, nos
damos cuenta que en realidad lo que tenemos es un gran vacío, o en el mejor de
los casos, vidas llenas de lo innecesario.
Si alguien
dentro de los escritos Bíblicos encontró algo necesario para vivir, ese sin
duda que fue Salomón, el más grande portavoz de consejos prácticos para una
buena vida; alcanzó la sabiduría tras un encuentro con Dios en el cual le fue
concedido un anhelo de su corazón, Dios le ofreció lo que quisiera, y el quiso
SABIDURIA, no riquezas, no fama, no placeres, él no quería llenar su armario de
lo vano y lo superficial, el pidió SABIDURIA. Siempre me pregunté ¿Por qué?
¿Que había de diferente en Salomón que lo impulso a decidirse por lo
necesario?... tal vez si leemos detenidamente Proverbios 4:1-9 encontremos la
respuesta:
“Escuchen,
hijos, la corrección de un padre; dispónganse a adquirir inteligencia. Yo les brindo
buenas enseñanzas, así que no abandonen mi instrucción. Cuando yo era
pequeño y vivía con mi padre, cuando era el niño consentido de mi madre, mi padre
me instruyó de esta manera:
«Aférrate
de corazón a mis palabras; obedece mis mandamientos, y vivirás. Adquiere
sabiduría, adquiere inteligencia; no olvides mis palabras ni te apartes de ellas. No
abandones nunca a la sabiduría, y ella te protegerá; ámala, y ella te cuidará. La sabiduría es lo
primero. ¡Adquiere sabiduría! Por sobre todas las cosas, adquiere discernimiento. Estima
a la sabiduría, y ella te exaltará; abrázala, y ella te honrará; te pondrá en la cabeza
una hermosa diadema; te obsequiará una bella corona.»”
La respuesta a
mi pregunta es “ANHELO”… Salomón aprendió a anhelar más que el aire el ser
sabio, su Padre, el Rey David, le había enseñado que la sabiduría era el bien
más preciado del hombre, que ante toda búsqueda y anhelo, lo primero era el ser
sabio…. Salomón creció con un anhelo y cuando el Altísimo le visitó y le
preguntó ¿Qué deseas?, entonces Salomón sin dudas, sin titubear, con un
sentimiento de expectación y con una voz cargada de esperanza exclamó en su
corazón: “yo te ruego que le des a tu siervo discernimiento…”(1 Reyes 3:9)…
¿Qué es lo que
más anhelas hoy? Disculpa si esta pregunta te confronta… acaso será un bien material?
O tal vez una familia? Fama? Estabilidad económica? Éxito ministerial?
Reconocimiento? Salud? Paz?.... Salomón pidió el más grande pero menospreciado
tesoro, y en respuesta recibió esto:
“Al Señor le agradó
que Salomón pidiera sabiduría. Así que le respondió: Como pediste sabiduría
para gobernar a mi pueblo con justicia y no has pedido una larga vida, ni
riqueza, ni la muerte de tus enemigos, ¡te concederé lo que me has
pedido! Te daré un corazón sabio y comprensivo, como nadie nunca ha tenido ni jamás
tendrá. Además, te daré lo que no me pediste: riquezas y fama. Ningún
otro rey del mundo se comparará a ti por el resto de tu vida. Y si tú me
sigues y obedeces mis decretos y mis mandatos como lo hizo tu padre David,
también te daré una larga vida.” (1 reyes 3:10-14 NTV)
Anhela la sabiduría
que viene de Dios, cuyo principio es temerle, honrarle y obedecerle… búscale
día a día, de seguro, Él te guiará para vivir a plenitud aquí y en la
eternidad.
“Más buscad
primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán
añadidas” Mateo 6:33 RV60