Leer Deuteronomio 26:5-11
Hace algunos años se presento en las salas de cine de todo
el mundo una película que impresionó a multitudes, se llamó “the perfect storm”
(La tormenta perfecta); en ella, un grupo de hombres comienzan un viaje en un
barco pesquero hacia aguas poco conocidas, motivados en gran parte por la escasez
de sus pescas anteriores. En el desarrollo de la película, meteorólogos se
percatan de un fenómeno que pocas veces se desarrolla, varias tormentas, de
diferentes latitudes se están uniendo, formando así, una mega tormenta, o como
ellos la llaman… “una tormenta perfecta”, y su epicentro, son las aguas que el
barco pesquero esta transitando, así que, esta pequeña embarcación comienza a
enfrentarse a estas tormentas que los azotan desde todas direcciones.
Se que a veces puedes sentirte así; son aquellos momentos de
la vida en los que parece que nos enfrentamos a varias tormentas que al mismo
tiempo han llegado para azotarnos y tirarnos al suelo; deudas, enfermedad,
escasez, cansancio, se daño un artefacto del hogar, problemas familiares,
parece que todo llegó al mismo tiempo, y nos encontramos en medio de esta mega
tormenta.
En la película, luego de mucho batallar, la embarcación no
resiste más, se hunde y se pierde en el fondo del mar; sin embargo ese no tiene
que ser tu final… La Biblia, la maravillosa palabra de Dios dice que Israel en
un tiempo pasó por un periodo de duras tormentas y aflicciones, pero la
poderosa mano de Dios les salvó cuando clamaron a El. Dice la escritura:
Y
clamamos a Jehová el Dios de nuestros padres; y Jehová oyó nuestra voz, y vio
nuestra aflicción, nuestro trabajo y nuestra opresión; y Jehová nos sacó de
Egipto con mano fuerte, con brazo extendido, con grande espanto, y con señales
y con milagros; y nos trajo a este lugar, y nos dio esta tierra, tierra que
fluye leche y miel Deuteronomio 26:7-9
En este pasaje se nos
da la llave que abre la puerta de la libertad y la paz en nuestras vidas, LA
ORACION; cuando clamas a Dios, el te oye y te saca de la tormenta. Dios obró
sobrenaturalmente sobre Israel, y también lo puede hacer sobre ti. Así que, en
este día toma un momento para refugiarte en Dios, preséntale a El tus luchas y
aflicciones y déjalo intervenir, de seguro te librará y te llevará a puerto
seguro.
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