jueves, 23 de mayo de 2013

Facilitando los procesos


Hace algunos años trabajé en una empresa que realizaba auditorias contables a diferentes compañías, las auditorias consistían en comprobar a través de diferentes pruebas, que los procesos contables y procedimientos administrativos que hacia la compañía estaban bien ejecutados. En una  ocasión auditamos una empresa de  venta de alimentos, y  una de las pruebas era hacer un conteo del dinero  en las cajas registradoras para  verificar que el monto coincidía con el registro de la caja; como la suma era alta, no se podía  contar sumando solo en la cabeza… era necesaria una calculadora!!!... Sin ella, el proceso sería demasiado  difícil y arduo. ¡Qué bueno es contar con herramientas que facilitan los procesos!... para un  agricultor tal vez es un pico y una pala, para un carpintero será un  serrucho y un martillo… pero que de los Cristianos???

El pueblo de Dios trabaja cada día para hacer cumplir la voluntad de Dios en la tierra, para extender su reino y para vivir como  es digno del Señor; para muchos, igual que lo fue para mí con  el dinero en aquella caja, estas labores del día a día cristiano son arduas y difíciles; asuntos como mantener la santidad en un mundo de pecado, compartir el evangelio con otros que te desprecian, contribuir con el crecimiento de la Iglesia y más, son tareas que requieren empeño y fortaleza; por esto, seria excelente contar con herramientas que hagan esas experiencias no solo más fáciles sino placenteras. La buena noticia es que estas herramientas existen

La Biblia dice que:
“Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.” Josué 1:8 RV60

La Biblia es la herramienta para vivir próspero y en victoria… ella es dirección, ella es luz, ella es sustento, ella es fortaleza, ella es ánimo, ella es bendición, ella es la palabra de Dios. Cuando convertimos la Biblia en nuestra única fuente de fe y práctica, ella nos ayuda para que cada proceso de nuestras vidas y cada tarea del día a día encuentren un fluir sin obstáculos cuyo fin no es otro  sino “que las cosas  salen bien”.

“Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos equivocados y nos enseña a hacer lo correcto. Dios la usa para preparar y capacitar a su pueblo para que haga toda buena obra.” 2 Timoteo 3:16-17 NTV

miércoles, 22 de mayo de 2013

Fe


Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. Santiago  1: 6-7

En la vida cristiana se habla mucho de la fe;  nos sabemos versículos de memoria, conocemos como la fe actuó en los hombres y mujeres de la Biblia, sabemos lo que es capaz de producir y todos los aspectos teológicos de ella, pero… ¿la practicamos?.

Hace días atrás me topé con una imagen acerca de la fe  que me gustó mucho; en ella se presentaba a un escalador, subiendo una difícil montaña y junto a él la frase: “¿para que escalarla si con fe podemos moverla?”… sin duda, esa es la situación que  vivimos más veces de las que nos gustaría contar; Dios nos ha dado una puerta, una herramienta, un don espiritual único e incomparable... La fe… tener  fe es creer que Dios está obrando con sabiduría y total control, es reconocer que él tiene lo mejor para nosotros y es apto de hacer cosas increíbles con su extraordinario poder, es confiar en que lo que es imposible para nosotros, es posible para El, es entender que por amor a nosotros Dios es enteramente capaz de hacer milagros en nuestras vidas… sin embargo muchas veces preferimos escalar la montaña, enfrentándonos a momentos duros, peligros y batallas, en vez de tan solo “creer” y mover la montaña. La fe, como bien lo  describe Hebreos  11:1 “es la confianza de que en verdad sucederá lo que esperamos; es lo que nos da la certeza de las cosas que no podemos ver.”

Podemos  entender la fe como el catalizador, o el detonante del obrar de Dios  en nuestras vidas,  es  decir, sin fe, nuestra  oración es infructuosa, son solo palabras y frases vacías que no harán gran cosa  en el mundo espiritual, por el contrario cuando nuestra oración está cargada de fe, de  ese  creer en  el Señor, entonces nuestra oración se vuelve un arma poderosa.

Son muchas las montañas que se levantan ante nosotros, montañas de enfermedad, de crisis económica, de depresión y emociones destructivas, de éxito ministerial, laborar o familiar, y muchísimas más! Hay  dos caminos  para cruzarlas; podemos tratar de  escalarlas solos y sin garantías de llegar al otro lado o moverla con el poder de la fe en el Dios todopoderoso, dejando el camino libre para alcanzar sus promesas!

“Les digo la verdad, si tuvieran fe, aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, podrían decirle a esta montaña: “Muévete de aquí hasta allá”, y la montaña se movería. Nada sería imposible” Mateo 17:20

Oraciones escuchadas


Uno de los más sorprendentes  atributos de Dios es su capacidad de atender a la oración de todos sus hijos; a diferencia de un padre terrenal que  puede escuchar con atención a un hijo a la vez, nuestro Padre celestial es capaz de oír con atención cada clamor. Mientras tú estás leyendo estas líneas, millones de cristianos alrededor del mundo están elevando oraciones, ruegos, súplicas y clamores  al Dios todopoderoso… “y Él los está oyendo a todos”, y no tan solo eso, sino que tambien está dando respuesta a cada uno de ellos… ES IMPRESIONANTE…

En el Libro de Daniel, se nos relata un episodio  en el que  el profeta está orando a Dios para que se apartase su ira y furor sobre la ciudad de Jerusalén, que se había levantado a causa del pecado del pueblo (Dan  9:16 RV60); el profeta clama por perdón  y restauración  de la gloria de la ciudad y el templo. Me impresiona  en este relato la rapidez en la que el profeta recibe respuesta, leamos:

“Aún estaba hablando y orando, y confesando mi pecado  y el pecado de mi  pueblo Israel, y derramaba mi ruego delante de Jehová mi Dios por el monte santo de mi Dios;  aún  estaba hablando en oración, cuando el varón  Gabriel, a quien había visto en la visión al principio, volando con presteza, vino a mi como  a la hora del sacrificio de la tarde. Y me hizo entender y habló  conmigo diciendo: Daniel ahora he salido para darte sabiduría y entendimiento. Al principio de tus ruegos fue dada la orden, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres muy amado. Entiende pues la orden y  entiende  la visión. (Dan 9:20-23).

Fíjate bien  en las palabras de Gabriel: “al principio de tus ruegos fue dada la orden”…; esta frase denota la atención sobrenatural prestada por Dios (quien da la orden)  al ruego de sus hijos; desde que Daniel comenzó a orar ya Dios conocía la intención  de su corazón, la súplica de su alma y dio la respuesta oportuna. Como hijos de Dios sería un error pensar que el Padre ignora nuestras oraciones, de hecho, orar es un hábito espiritual que provoca el mover sobrenatural de Dios en nuestras vidas. Cuando  nuestros ruegos  son conforme  a  la voluntad de Dios, la respuesta no tarda en llegar. De la misma manera en que Dios amó a Daniel te ama a ti y a mi… ¿acaso crees que Dios te ignoraría si ya hasta dio la vida de su hijo por ti?

Ora, ora, sigue orando, ora sin cesar, Dios oye, Dios ama, Dios responde!!!

jueves, 16 de mayo de 2013

Aire fresco


El calor de estos días puede  llegar a ser agobiante; el salir a las calles, o estar en un lugar con muchas personas son tareas que literalmente  “nos hacen sudar”, sin hablar de aquellos días en las que al calor se suman una interminable lista de tareas que no nos permiten detenernos. En temporadas como estas una de las mayores satisfacciones y deleites  es la de sentarnos frente al ventilador o a la salida del aire acondicionado, tomar un vaso de té helado y tan solo descansar… (Creo que algunos al leer esto suspiraron)… Realmente es delicioso encontrar una fuente de frescura y sosiego en medio del ajetreo diario.

Esta ondas de calor son similares a los tiempos en los que, por decirlo así, “estamos sudando en el espíritu”, son esos momentos en los que las presiones, las cargas y el trabajo (aún en la Iglesia) nos tienen extremadamente activos y sin detenernos para nada, ocasionando cansancio y hasta un poco de desánimo. Al igual que las altas temperaturas de la temporada debilitan nuestro cuerpo, las continuas batallas del alma y del activismo debilitan nuestro espíritu, haciéndonos anhelar un espacio para la quietud  y para recibir aire fresco.

La buena noticia es que esa fuente existe, y es “la palabra de Dios”, mira lo que el Rey David expresó de ella:

Las enseñanzas del Señor son perfectas, reavivan el alma.
Los decretos del Señor son confiables, hacen sabio al sencillo.
Los mandamientos del Señor son rectos, traen alegría al corazón.
Los mandatos del Señor son claros, dan buena percepción para vivir.
La reverencia al Señor es pura, permanece para siempre.
Las leyes del Señor son verdaderas, cada una de ellas es imparcial.
Son más deseables que el oro, incluso que el oro más puro.
Son más dulces que la miel, incluso que la miel que gotea del panal.
Sirven de advertencia para tu siervo, una gran recompensa para quienes las obedecen.
Salmo 19:7-11 NTV

La Biblia es una fuente de  aire fresco para el creyente; ella trae vida, alegría, paz y esperanza; así que, día a día disfruta de su bien, deléitate en sus palabras, renueva tus fuerzas, reaviva tu alma, refréscate en las aguas de la presencia de Dios y sigue adelante. Me despido con esta promesa de las escrituras:

“Así que no nos cansemos de hacer el bien. A su debido tiempo, cosecharemos numerosas bendiciones si no nos damos por vencidos.” Gálatas 6:9 NTV

martes, 14 de mayo de 2013

Conectados con Dios


L
a Biblia nos habla continuamente de la intención de Dios de mantener una relación, armónica, directa y plena con el hombre, de hecho, esa es la clase de relación que vemos en el Génesis antes de la caída del hombre; sin  embargo el pecado arruinó la relación y nos separó de su gloria según lo expresa Romanos 3:23. Relacionarnos con Dios es más que una prioridad, es una necesidad vital; a través de Jesús, cada uno de nosotros puede alcanzar de nuevo el tener una relación con el Padre, pues la Biblia dice que al creer en Jesús y confesarlo como nuestro salvador trayendo una transformación a nuestra vida, la relación quebrantada se restituye y se nos es dada como un regalo “la salvación”. Si bien todo esto es cierto, hay algo que no se nos puede escapar,  y es, la obligación que tenemos de compartir con otros el mensaje del evangelio  a fin de que los incrédulos logren conectarse con Dios y establecer al igual que nosotros una relación con su creador. Quiero compartir contigo tres principios para guiar a los perdidos a conectarse con Dios:

1.       Muéstrales su necesidad: en Juan capítulo 3, Jesús le dice a cierto hombre llamado Nicodemo que tenía que nacer de nuevo… estas palabras de Jesús tenían la intención de mostrarle a este  varón que estaba carente de algo que era  vital para su vida… “una relación con Dios”… y que solo podía ser saciado teniendo un nacimiento espiritual. Es nuestra responsabilidad abrir los ojos de aquellos que con incredulidad y voluntario desprecio a Dios han rechazado la gracia de Dios. Así como un artefacto eléctrico no encuentra su propósito hasta que es enchufado, un ser humano no encontrará la verdadera razón de vivir hasta que se conecte con Cristo… y para esto debe entender primero que lo necesita.

2.       Muéstrales cual es la fuente de sus vida: Juan  15:5 dice: Yo soy la vid y vosotros las ramas, el que permanece en mí y yo en el este lleva mucho fruto, porque separados de mi nada pueden hacer. Luego de mostrarle a los perdidos que necesitan algo que  les dé propósito y vida, debes llevarlos a entender que la fuente de todo esto es Jesús; deben ir  a él, pues al conectarse con él, comenzará un fluir de vida en su ser; de hecho la Biblia enseña que la promesa de Dios para los que creen en él es que de su  interior correrán ríos de agua viva.

3.       Guíelos a conectarse: de nada sirve el reconocer la necesidad e identificar que Dios sacia si no se da el paso de conectarse. Tristemente muchas personas reconocen que necesitan de Dios pero no dan el paso de iniciar una relación con El. Otros, lo buscan por los motivos incorrectos; tu como creyente, debes guiar al incrédulo no solo a una oración, sino a un  reconocimiento de sus pecados para ir a Jesús con un verdadero arrepentimiento y fe y así comenzar a relacionarse con Dios siendo transformado en una nueva criatura. Muéstrele la necesidad de arrepentirse, de creer y de cambiar.

Cuando un incrédulo sufre una verdadera conexión con Dios a través del arrepentimiento y la fe, su vida empezará a ser una verdadera vida!!!

PREDICA LA PALABRA