¿Recuerdas el día en que
conociste a Jesús? ¿Recuerdas qué te motivó a convertirte en su seguidor? La
Biblia nos enseña que pueden existir razones equivocadas para seguir a Jesús.
Juan 6 nos relata uno de los
milagros más notables en el ministerio terrenal de Jesús, la alimentación de
los cinco mil, sin lugar a dudas este fue un acontecimiento grandioso. Esa
noche Jesús se fue a Capernaúm con sus discípulos para continuar con la obra del ministerio, y a
la mañana siguiente como era de esperarse la gente que había sido alimentada
por el milagro al levantarse querían volver a ver a Jesús, escucharles y
probablemente un desayuno, pero Jesús se había ido, y el pueblo al no ver a
Jesús tomaron sus barcas y comenzaron a buscarle hasta que le hallaron. La
Biblia narra el encuentro así:
“Cuando lo encontraron al otro
lado del lago, le preguntaron: Rabí, ¿cuándo llegaste acá?, Ciertamente les
aseguro que ustedes me buscan, no porque han visto señales sino porque comieron
pan hasta llenarse. Trabajen, pero no por la comida que es perecedera,
sino por la que permanece para vida eterna, la cual les dará el Hijo del
hombre. Sobre éste ha puesto Dios el Padre su sello de aprobación. ¿Qué tenemos
que hacer para realizar las obras que Dios exige? —le preguntaron. Esta es la
obra de Dios: que crean en aquel a quien él envió —les respondió Jesús. Juan
6:25-29 NVI
Si leíste con detenimiento
seguramente te diste cuenta que Jesús reconoce en ellos que la razón por la que
el pueblo le está buscando no es la necesidad de salvación, tener una relación
con el o conocer las escrituras y la enseñanza del maestro, le buscan para
saciar su hambre. Tal es la insistencia, que el pueblo llega hasta a hacer una
referencia del maná que descendió del cielo en los tiempos de Moisés y le piden
a Jesús una señal así.
Si ser cristianos es una
identificación de los que siguen a Cristo, entonces esta gente era “panista”
porque lo que seguían era pan… y ante esta situación Jesús les hace saber que
en el reino y en el plan de Dios, aunque él te provee, te sacia, y cubre tus
necesidades, lo primordial, importante y eterno es la relación que tengamos con
El. Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida —declaró Jesús—. El que a mí viene
nunca pasará hambre, y el que en mí cree nunca más volverá a tener sed. Juan
6:35 NVI
Surge acá una pregunta crucial: ¿Qué
te movió a ser un seguidor de Jesús? ¿Ser saciado de tus necesidades físicas? ¿La
“bendición”? ¿La promesa mal formulada de que “todo te saldrá bien? ¿Estas caminando
detrás del pan o detrás de Jesús?... déjame decirte algo: DIOS ES BUENO y nos
ama como Padre, Él está dispuesto a defendernos, proveernos, cuidarnos y
saciarnos, sin embargo su esperanza es que tu relación y tu deseo por él no se
base en estas cosas sino en una búsqueda real de su presencia, fruto de un
anhelo por él, por su abrazo, por sus palabras, haya o no haya pan.
Arregla tus motivos y conviértete
en un seguidor de Cristo y no en un seguidor de pan!
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