Caminar con Cristo es sin dudas la experiencia más hermosa,
desafiante y llena de victorias que un hombre o mujer puede vivir; elegir la
vida en Cristo es una decisión acertada, nuestros ojos son abiertos a verdades espirituales
que sin Cristo ignorábamos… alcanzamos Vida Eterna, el perdón de nuestros
pecados, la llenura del Espíritu Santo, una nueva y muy numerosa familia, y
muchas otras cosas que a decir verdad son regalos de Dios y motivos de
verdadero gozo. Con respecto a la vida cristiana, la Biblia nos enseña que esta
nueva vida en Cristo Jesús debería significar un verdadero cambio en cada
creyente… “Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido
en una persona nueva. La vida antigua ha pasado, ¡una nueva vida ha comenzado!”
2Corintios 5:17….
Esta nueva vida que ha comenzado no debería estar guiada por
nuestras actitudes, costumbres u opiniones pasadas, ya que si esto fuera así,
no sería una nueva vida sino una vida “con algunas mejoras” ya que vienes a la
Iglesia y conoces un poco más a Jesús… Así es que, Dios demanda de nosotros un
verdadero cambio, nuevas actitudes, nuevas palabras, nuevas reacciones, nuevas expectativas,
nuevos sueños, nuevas prioridades, y por supuesto una nueva mente; mira lo que
escribió Pablo a los Efesios:
“Ya que han oído sobre Jesús y han conocido la verdad que
procede de él, desháganse de su vieja naturaleza pecaminosa y de su antigua
manera de vivir, que está corrompida por la sensualidad y el engaño. En cambio,
dejen que el Espíritu les renueve los pensamientos y las actitudes. Pónganse la nueva naturaleza, creada para ser
a la semejanza de Dios, quien es verdaderamente justo y santo.” Efesios 4:21-24
El Apóstol Pablo en estas líneas nos muestra con claridad
que para el hombre natural es prácticamente imposible tener un cambio de
mentalidad, y por eso el consejo que nos da es: “dejen que el Espíritu les
renueve los pensamientos”; solo el Espíritu Santo podrá renovar tu mente hasta
hacerla nueva y perfecta, llena de Dios y de santidad”
Día a día luchamos por aceptar los cambios que la vida en
Cristo demanda, empezar a hacer cosas que antes no hacías, o dejar de hacer las
que antes creías que eren buenas es un trabajo duro, tan duro que solo no podrás
hacerlo; rinde tu mente a Jesús, busca su rostro en oración, sumérgete en su
palabra y deja que él renueve tu mente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario