martes, 5 de marzo de 2013

Nueva mente


Caminar con Cristo es sin dudas la experiencia más hermosa, desafiante y llena de victorias que un hombre o mujer puede vivir; elegir la vida en Cristo es una decisión acertada, nuestros ojos son abiertos a verdades espirituales que sin Cristo ignorábamos… alcanzamos Vida Eterna, el perdón de nuestros pecados, la llenura del Espíritu Santo, una nueva y muy numerosa familia, y muchas otras cosas que a decir verdad son regalos de Dios y motivos de verdadero gozo. Con respecto a la vida cristiana, la Biblia nos enseña que esta nueva vida en Cristo Jesús debería significar un verdadero cambio en cada creyente… “Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado, ¡una nueva vida ha comenzado!” 2Corintios 5:17….

Esta nueva vida que ha comenzado no debería estar guiada por nuestras actitudes, costumbres u opiniones pasadas, ya que si esto fuera así, no sería una nueva vida sino una vida “con algunas mejoras” ya que vienes a la Iglesia y conoces un poco más a Jesús… Así es que, Dios demanda de nosotros un verdadero cambio, nuevas actitudes, nuevas palabras, nuevas reacciones, nuevas expectativas, nuevos sueños, nuevas prioridades, y por supuesto una nueva mente; mira lo que escribió Pablo a los Efesios:

“Ya que han oído sobre Jesús y han conocido la verdad que procede de él, desháganse de su vieja naturaleza pecaminosa y de su antigua manera de vivir, que está corrompida por la sensualidad y el engaño. En cambio, dejen que el Espíritu les renueve los pensamientos y las actitudes.  Pónganse la nueva naturaleza, creada para ser a la semejanza de Dios, quien es verdaderamente justo y santo.” Efesios 4:21-24

El Apóstol Pablo en estas líneas nos muestra con claridad que para el hombre natural es prácticamente imposible tener un cambio de mentalidad, y por eso el consejo que nos da es: “dejen que el Espíritu les renueve los pensamientos”; solo el Espíritu Santo podrá renovar tu mente hasta hacerla nueva y perfecta, llena de Dios y de santidad”

Día a día luchamos por aceptar los cambios que la vida en Cristo demanda, empezar a hacer cosas que antes no hacías, o dejar de hacer las que antes creías que eren buenas es un trabajo duro, tan duro que solo no podrás hacerlo; rinde tu mente a Jesús, busca su rostro en oración, sumérgete en su palabra y deja que él renueve tu mente. 

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