lunes, 11 de marzo de 2013

¿El es el Rey?

Dentro de la Iglesias se ha enseñado una verdad absoluta en cuanto a la posición de Dios en nuestras vidas; él es Rey, es soberano y está sentado en el trono de nuestras vidas, es gobernante, regente, sustentador y proveedor. Esta posición de Dios como Rey debería implicar en nosotros un temor reverente hacia El, un respeto enorme ante su deidad y una obediencia gigante ante sus mandamientos, decretos y estatutos. Sin embargo muchas veces como Cristianos aunque nuestras bocas confiesan a Jehová como Rey, la forma en que vivimos dice todo lo contrario.

En la Biblia se describe a un grupo de soldados Romanos burlándose de Jesús y de su posición como Rey:
“Algunos de los soldados del gobernador llevaron a Jesús al cuartel y llamaron a todo el regimiento. Le quitaron la ropa y le pusieron un manto escarlata. Armaron una corona con ramas de espinos y se la pusieron en la cabeza y le colocaron una caña de junco en la mano derecha como si fuera un cetro. Luego se arrodillaron burlonamente delante de él mientras se mofaban: «¡Viva el rey de los judíos!». Lo escupieron, le quitaron la caña de junco y lo golpearon en la cabeza con ella. Cuando al fin se cansaron de hacerle burla, le quitaron el manto y volvieron a ponerle su propia ropa. Luego lo llevaron para crucificarlo.” Mateo 27:27-31 NTV

Ciertamente estos hombres no eran seguidores de Cristo, y es precisamente esto lo que debe llamar nuestra atención, pues en momentos, nosotros que si somos sus seguidores, con nuestra actitud podríamos como estar burlándonos de nuestro Rey en lugar de exaltar su deidad y su dominio. Esto sucede cuando  con nuestra boca confesamos que él es el Rey y conocemos  lo que el demanda de nosotros pero no lo hacemos, o cuando entendemos que estamos haciendo algo mal y lo seguimos haciendo; esto, literalmente es una burla hacia Dios, pues con nuestra boca decimos que él es nuestro Rey y que nos domina pero en realidad somos nosotros mismos quienes marcamos las pautas y decidimos como vivir

¿Qué podemos hacer hoy? Rendirnos ante nuestro Rey con reverencia, obedeciéndole, exaltándole y dándole en nuestras vidas el lugar que se merece. ¿El es el Rey de tu vida? Entonces, trátalo como tal y deja que el reine sobre ti!

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