Hay una ilustración muy interesante acerca de la forma en
que vemos al mundo… se cuenta que un hombre muy gruñón nunca salía de su casa
porque estaba seguro que afuera todo era malo y horrendo, cada mañana se
asomaba por su ventana y todo lo que veía era un paisaje sin nada de esplendor,
más bien era sombrío y triste. Un día despertó con la intención de limpiar su
hogar, así que empezó a trapear los pisos, limpiar los muebles y lavar las
ventanas, y es aquí donde algo inesperado sucedió… al pasar el trapo húmedo por
el vidrio del ventanal se sorprendió al ver que un rayo de luz solar penetro
hacia la casa, los jardines y árboles de la calle de repente se tornaron de un
verde intenso y hermoso, el cielo azul era tan claro que tuvo que cerrar un
poco los ojos para tolerar la luz, todo era bello afuera… si, como te lo podrás
imaginar lo que estaba sucio era la ventana…
Muchas veces nos sucede lo mismo como hijos de Dios, nuestra
visión del mundo y aún los planes que tenemos por delante se tornan sombríos y
turbulentos, es como si de un momento a otro se nos hace imposible ver las
promesas que Dios nos ha dado y la victoria que ya sentíamos segura. Al parecer
las dificultades del mundo, la incertidumbre y nuestra carnalidad nos hacen
quitar la vista de Jesús y poner nuestra confianza en nosotros mismos para
enfrentar los problemas, y así, cuando nos vemos imperfectos e incapaces de
resolver nuestras luchas, todo se torna oscuro y difícil, se ensucian los
vidrios de nuestra esperanza y se opaca nuestra visión. Pero en medio de este
panorama difícil, la Biblia nos enseña un método infalible para limpiar
nuestras ventanas y así hacer renacer nuestra esperanza en un futuro de victoria
ya prometido por Dios; ese método lo encontramos en Proverbios 3: 5-6:
“Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en
todos tus caminos, y él allanará tus sendas”
Confiar en nosotros mismos solo nos lleva a la desesperanza
y la desesperación, pero poner la confianza en Dios lo cambia todo, cambia tu
perspectiva, cambia tu actitud, y por supuesto cambia tu futuro. Las promesas
de Dios están allí, la vida abundante está allí, el éxito de tu vida está allí,
tan solo confía en Dios, eso limpiará las ventanas y mejorará tu visión!!
Reconoce a Dios hoy, hazlo no solo participe de tu vida sino
el Dueño y Señor de tu vida, y todo estará bien!
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