Para algunos el canto del gallo
significa un nuevo amanecer, para otros, la oportunidad de corregir lo que ayer
se hizo mal, algunos lo asocian a la voz de la naturaleza que nos habla de una
tierra viva, pero para Pedro significo el enfrentarse cara a cara con su
debilidad, su traición , su miedo; el Maestro le había dicho: “antes que el
gallo cante, me habrás negado tres veces” Marcos 14:72b, y como era de
esperarse eso sucedió; allí estaba Pedro llorando su traición y el Cristo amándole
a pesar de todo.
Cuan fácil se nos podría hacer el
juzgar a Pedro… había estado con El!!! Sabía quién era El!! Había visto su
poder, su enseñanza venia de los cielos! ¿Cómo pudo negarle?... podríamos decir
que la reacción de Pedro estaría motivada por el temor, o más bien el terror
del juicio, los maltratos o hasta la muerte. Si miramos de cerca podríamos
empezar a aceptar su reacción, y no porque esta sea justificable, sino porque
hoy, nosotros mismos por cosas menores a la prisión o la muerte, negamos a
Jesús, negamos su soberanía sobre nosotros, negamos su presencia en nuestras
vidas, negamos que andamos con El, y lo peor del caso es que creemos que en
algunos casos esa reacción está justificada.
Hace algunos día mire “el video
más doloroso y hasta repugnante de mi vida”, en el, veía como hombres y mujeres
cristianos en los países perseguidos eran golpeados hasta la muerte, torturados
y hasta quemados vivos; al verlo mi espíritu se estremecía al saber que con tan
solo negar a Jesús, estos mártires podrían hoy estar vivos o sin heridas, pero
no lo hicieron, no negaron a Jesús, no ocultaron su amor a Él, no, no lo
hicieron. Me pregunto ¿hemos llegado a amar tanto a Jesús, como para dejar de
negarlo por situaciones simples o vacías?.
Tal vez no le niegas con tu boca, pero ¿tus actitudes, pensamientos y
palabras dicen afirman o NIEGAN la
presencia de Dios en tu vida?
Anhelo que como a Pedro me
reconozcan como uno que anda con Jesús, ¿y usted?
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