Dios ha depositado su Espíritu Santo en cada uno de nosotros
desde aquel hermoso día en el que decidimos abrirle nuestro corazón y aceptar
la obra redentora que hizo por nosotros al morir por nuestras culpas. Y desde
ese día comenzó en nosotros una búsqueda, un anhelo, un deseo incesante que
como un fuego arde en nuestros corazones… SANTIDAD… es nuestro deseo, es su
deseo, es nuestra meta, El nos alienta, es la cima a conquistar, El es nuestro
patrocinador; no en vano lo expresa el escritor… “es propósito de Dios vuestra
santificación…” 1Tesalonicenses 4:3…
Hace unos días leyendo un libro me encontré con una historia
real, no solo para los personajes que la protagonizan, sino también para cada
creyente que sigue despertando día a día; en esta historia un guardia de
seguridad en un parque natural está sorprendido por la cantidad de peces que
cierto hombre saca cada día de las tranquilas aguas, eran muchísimos en
comparación con lo que otros pescadores obtenían luego de una jornada
agotadora; el guarda pide una explicación, pero obtiene mucho mas, una
invitación a ver con sus propios ojos la estrategia pesquera… juntos se
embarcan y al llegar al centro del lago, el guardia queda atónito al ver al
pescador sacar de su bolso un cartucho de dinamita, lo enciende, lo lanza a
agua, bum!!!!... peces flotan, la red es lanzada, pesca milagrosa!!!... El
guardia sobresaltado reclama al hombre sus acciones, lo amenaza con prisión y
multas… de pronto la voz del pescador se hace escuchar: “¿va a seguir gritando
o va a agarrar peces?”. Tentación!!!... de pronto aquel recto hombre amante del
cumplimiento de la ley se encuentra “con un cartucho de dinamita en las manos”…
Cuantas veces luchamos con situaciones como estas?...
cuantas veces luchamos con ser santos y sentimos que cada vez es mas
difícil?... Dios es tu ayudador, es tu fortaleza y tu castillo, si ahora mismo,
tienes un cartucho de dinamita en tus manos, suéltalo en oración, ruega a Dios
por fortaleza ante las pruebas, tentaciones y ocasiones de caer, El te oirá!!!
Sed santos, porque yo soy santo!!! 1°Pedro 1:16
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