jueves, 22 de noviembre de 2012

Verdadera seguridad


En los últimos años el mundo ha sido testigo de imponentes tormentas, huracanes y deslaves que han ocasionado miles de muertes y pérdidas materiales; hace pocas semanas una de estas mega tormentas azotó los estados unidos llevándose a su paso la estabilidad de muchos ciudadanos norteamericanos. Situaciones como estas me recuerdan el pasaje de Mateo 7:24-al 29:

“Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca.  Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa; con todo, la casa no se derrumbó porque estaba cimentada sobre la roca. Pero todo el que me oye estas palabras y no las pone en práctica es como un hombre insensato que construyó su casa sobre la arena.  Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa, y ésta se derrumbó, y grande fue su ruina. Cuando Jesús terminó de decir estas cosas, las multitudes se asombraron de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tenía autoridad, y no como los maestros de la ley.

Jesús nos enseña a ver cuál es la fuente de nuestra estabilidad emocional, espiritual y en muchos casos física… sus palabras… sin embargo Jesús no solo se conforma con informarnos acerca de la fuente, sino que tambien nos invita a beber de sus aguas al decirnos : “el que oye mis palabras y las pone en práctica!”… de nada nos sirve el ser responsables por el estudio de la palabra, por la meditación de las escrituras, o aún por el profundo aprendizaje de los versos bíblicos, si no  somos responsables de dar vida a sus palabras, haciéndolas nuestras, practicándolas y viviendo así una vida agradable delante de él.

Durante nuestro tiempo en la tierra podremos vivir innumerables tormentas y huracanes, desde el rechazo hasta una enfermedad terminal, y usted tiene dos alternativas, construir su vida basado en falsas fuentes de seguridad como una relación humana, la religión, el trabajo o la familia, o en su lugar, echar sus cimientos en la inconmovible palabra de Dios, en la obediencia a sus mandamientos y búsqueda de su voluntad; cuando te decides por Dios, la promesa es esta: NO CAERÁS.

¿Qué decides?

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