Así que somos embajadores de Cristo; Dios hace su llamado
por medio de nosotros. Hablamos en nombre de Cristo cuando les rogamos:
«¡Vuelvan a Dios! 2° Corintios 5:20 NTV
El trabajo de un embajador es claro, “representar su nación
en otro país”, es decir, el embajador es la figura que personifica los ideales,
costumbres, filosofías y modos de la nación que representa. El Apóstol Pablo
nos dice que “somos embajadores de Cristo”; que gran responsabilidad ¿no le
parece?, somos los encargados de representar el reino de Dios en la tierra, o
bien, somos los encargados de mostrarle al mundo como vive un ciudadano del
reino de Dios. De acuerdo a como vivamos, los “no cristianos” se harán una idea
del reino que representamos y aún más allá, del Rey que rige este reino.
Este pasaje trae consigo varias implicaciones que te pido
medites con atención:
1.
El embajador no pertenece a la nación donde
reside: el embajador de Cristo tiene nacionalidad celestial, es un extranjero
en tierra distante, por lo cual aunque tenga que vivir entre los ciudadanos del
mundo, sus principios, valores y modos de conducir su vida deben ser los del
reino de Dios. La Biblia dice: Si el mundo los odia, recuerden que a mí me odió
primero. 19 Si pertenecieran al mundo, el mundo los amaría como a uno de los
suyos, pero ustedes ya no forman parte del mundo. Yo los elegí para que
salieran del mundo, por eso el mundo los odia. Jn 15:18-19. Nuestro llamado es
entonces a vivir como ciudadanos del reino, y viviendo como la Biblia
(constitución del reino) nos demanda.
2.
El embajador es un portavoz del rey: El apóstol
pablo nos refiere que: “Dios hace su llamado por medio de nosotros, hablamos en
nombre de Cristo cuando les rogamos: vuelvan a Dios”… Este pasaje nos muestra
que no solo somos la muestra de cómo se vive bajo las normas de Dios, sino que
somos además la portavoces de su mensaje en el mundo; estamos encargados de
llevar un mensaje que es la clara
intención de Dios con la humanidad: “reconciliación”. Así que, no creas que tu
permanencia en el mundo carece de propósito, estamos aquí para reconciliar al
mundo con Dios a través de la predicación del sacrificio de la cruz.
3.
El embajador es responsable de sus funciones: más
adelante el apóstol Pablo refiere lo siguiente: “Así, pues, nosotros, como
colaboradores suyos, os exhortamos tambien a que no recibáis en vano la gracias
de Dios” 2 Cor 6:1… debemos entender que para nosotros la reconciliación ya se
llevó a cabo; si ya eres un seguidor de Cristo es porque ya restauraste tu
relación con El, es decir, te reconciliaste; esto no te fue dado por merecerlo
sino que fue un regalo (gracia) de Dios; y esto gracia trae consigo salvación y
vida pero tambien, responsabilidad de testificar a otros, si esto no ocurre,
tal gracia fue en vano. Dios nos demanda como hijos y siervos a aprovechar la
gracia que se nos ha dado, para llevar el mensaje y representarlo en la tierra.
Tomate ahora mismo un momento para orar, y agradecer a Dios
por rescatarte y usarte; así mismo, pídele dirección y fortaleza para servirle
con denuedo y responsablemente.
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