Si alguien desea ser doctor, su
opción es estudiar medicina en la Universidad, si alguien quiere ser abogado,
deberá ingresar a la escuela de derecho, si alguno desea ser carpintero, pues
debe ir al taller de carpintería e inscribirse en un curso; pero si alguno
desea servir en la Iglesia ¿A dónde va?... ciertamente en el caso de pastores,
misioneros o maestros, cuentan con seminarios, cursos doctrinales y mucha literatura, pero ¿Qué del resto de los
servidores? Los que limpian, los que evangelizan, los líderes de grupos, los
músicos, los ujieres, los que trabajan con niños, los consejeros, diáconos, los
de grupos de oración, los que discipulan, los que cocinan, los que visitan
enfermos, los que recogen cestas para los necesitados, los que decoran la
iglesia, los que hacen labor social?????? Que de ellos?, ¿Cómo obtienen la
capacidad de servir? y por otro lado,
¿el conocimiento que los pastores reciben en los seminarios y cursos será
suficiente?....
En Hechos 4, Pedro y Juan se
presentan ante el concilio de Jerusalén… los dirigentes les preguntaron: “¿con
que potestad, o en que nombre, habéis hecho vosotros esto? Hc 4:7b, esto,
refiriendo a la predicación del evangelio y las sanidades realizadas… Quiero
por un segundo que imagines que tu estas parado allí escuchándolo todo y
escribiendo los acontecimientos para luego contarlos; seguramente luego de
escuchar la pregunta, en seguida estarías atento a la respuesta para escribirla
de una vez; sin embargo, el autor de los hechos menciona algo vital justo antes
de la respuesta de Pedro…dice: “Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les
dijo…”. Lo notaste? Si, lleno del Espíritu Santo; el autor de los Hechos está
acotando que la respuesta que Pedro dio venia en realidad de Dios; y esto nos
ayuda a comprender la actitud de los que oían a Pedro, y que está plasmada en
el V.13 “Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran
hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban y les reconocían que habían
estado con Jesús”.
Este pasaje nos habla de una capacidad
otorgada por Dios a través de su Espíritu Santo y por la cual usted y yo
podemos servir con excelencia, no se trata de estudios formales universitarios
o talleres de capacitación especiales, se trata de la acción del Espíritu de
Dios obrando a través de nuestras vidas para provecho del cuerpo de Cristo. Con
esto no quiero decir que estudiar sea improductivo, de hecho es la manera más
sana y completa de conocer las escrituras, sin embargo, cuando se trata de
servir a Dios todo estudio es vacío e infructuoso si la persona no está siendo
dominada por el Santo espíritu de Dios.
Todo creyente es potencialmente capaz
de hacer cosas productivas por el reino en la tierra, de servir con excelencia,
y de aportar bendición a la obra de la Iglesia, ¿Por qué? Porque en primera
instancia somos portadores de su espíritu santo; pero falta algo más, pues, hay
una diferencia entre ser portador del Espíritu y estar “lleno del espíritu”;
estar lleno es estar controlado por el Espíritu, viviendo en el espíritu,
guiado por el espíritu, atento al espíritu, en obediencia al Espíritu, buscando
al espíritu, y más…
Si quieres servir y ser útil par el reino de Dios y su obra,
no basta con tener el espíritu (que obtuviste cuando le entregaste tu vida…
ahora eres templo del Espíritu de Dios), tienes que ser lleno del espíritu
Santo, es decir, debes estar controlado e influenciado completamente por él…
literalmente es dejar que obre “EL” a través de ti. Cuando esto pasa, eres
capaz de hacer cosas sorprendentes por Dios.
Líderes, quieren ver en la Iglesia gente útil y apasionada
sirviendo? Oren para que todos sean “llenos del Espíritu Santo”
Iglesia, despierta, es el tiempo de dejarse usar, busca de
Dios con anhelo y se llena de su espíritu.
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