lunes, 25 de noviembre de 2013

Excediendo los límtes

Existen dos tipos de límites: aquellos que existen para protegerte de algo que adelante te puede hacer mucho daño, por ejemplo, las boyas en la playa que te hacen saber que las profundidades y la marea pueden atraparte; por otro lado existen límites que el mismo hombre se impone para no disfrutar de cosas que más allá  traerán satisfacción y triunfo, por ejemplo, el renunciar a tu carrera porque no te crees capaz de pasar una materia complicada.

Este segundo tipo de límites es sin lugar a dudas una línea que distingue lo normal de lo extraordinario, lo que quiero decir es que cuando alguien tiene la valentía de pasar sus propios  límites hacia algo bueno, esta experimenta momentos maravillosos. Existe en la Biblia un canto que nos habla de alguien que pasó los límites en cuanto al temor. Leamos:

“Me puede atacar un ejército, pero yo no siento miedo; me pueden hacer la guerra, pero yo me mantengo en calma” Salmo 27:3 TLA

Sin lugar a dudas el escritor pasó los límites del temor, llegando a una zona de confianza tan grande que aún el ataque de un ejército no es razón para correr o sentir miedo…. Es una actitud impresionante. Lo normal sería sentir desesperanza y angustia en una situación como esta, sin embargo el estuvo dispuesto a pasar la línea y confiar.


Surge con esto una pregunta: ¿Qué llevó al salmista a tal nivel de valentía?... no fue otra cosa sino el saber que Dios estaba con el… esto se evidencia claramente en el verso 1:

Dios mío, tu eres mi luz y mi salvación; ¿de quién voy a tener miedo? Tú eres quien protege mi vida; ¡nadie me infunde temor!... Cuando nos tomamos de la mano de Dios somos capaces de exceder los limites, no solo el del temor, sino cualquier otro que nos detiene y no nos deja experimentar la vida plena que Jesús nos ha regalado!

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