El título apropiado para designar a los creyentes y
seguidores de Jesús es “CRISTIANOS”, en Hechos 11:26 surge este título por
primera vez en Antioquia, donde se le llamo cristianos a aquellos que sobre el
fundamento de los apóstoles se convirtieron en seguidores de Jesús y del
mensaje de salvación. Ahora, si bien este título es hoy en día ampliamente
usado sobre aquellos que asisten a las Iglesias y creen en Jesús, las
implicaciones naturales y espirituales que conlleva ser cristianos van mas allá
de una modificación en la agenda semanal que me obliga a ir a una reunión de
adoración, o aún, a una célula en casa. La escritura enseña en 1° Juan 2:6,
que “el que permanece en El, debe andar como el anduvo”, por lo cual, ser
cristiano va mas allá de algunas actitudes o acciones, se refiere a una vida de
consagración, y progreso espiritual donde día a día el creyente se va
pareciendo mas a Jesús, quien es, conforme a las escrituras, el modelo
perfecto.
Seguir el ejemplo de Jesús y ajustar nuestras vidas
a su forma, nos ayudará a afectar positivamente cada área de nuestra vida, sea
familiar, laboral, eclesiástica, o cualquier otra.
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