miércoles, 19 de junio de 2013

Buenas intenciones, malas acciones!

Un hecho sin discusión dentro de la vida cristiana es que Dios siempre tiene la razón; esto podrá sonar muy sencillo al leerlo, y de seguro que usted amigo lector estará en este aspecto de acuerdo conmigo, sin embargo, tambien es verdad que en muchas ocasiones, a pesar de  tener esta convicción, nuestras acciones muestran algo diferente, es como si por alguna razón pensáramos que nuestra  mente finita tendrá mayor y mejor capacidad de razonar lo que es bueno o malo en comparación con la infinita mente del creador. Así, caemos en el error de  tomar decisiones  o  ejecutar acciones cuya intención podrá ser muy  buena, mas sin embargo “no son la voluntad de Dios” y por esto sencillamente están mal.  De este modo que la mejor opción que tenemos es  obedecer a la voz  del maestro que siempre está presta para guiarnos.

En  cierta ocasión Jesús  estaba en tierra de Galilea y un hombre leproso se le acercó para obtener sanidad; lee con atención el escrito bíblico:

40 Un hombre con lepra se acercó, se arrodilló ante Jesús y le suplicó que lo sanara.—Si tú quieres, puedes sanarme y dejarme limpio —dijo.41 Movido a compasión,[a] Jesús extendió la mano y lo tocó.—Sí quiero —dijo—. ¡Queda sano!42 Al instante, la lepra desapareció y el hombre quedó sano. 43 Entonces Jesús lo despidió con una firme advertencia:44 —No se lo cuentes a nadie. En cambio, preséntate ante el sacerdote y deja que te examine. Lleva contigo la ofrenda que exige la ley de Moisés a los que son sanados de lepra.[b] Esto será un testimonio público de que has quedado limpio.45 Pero el hombre hizo correr la voz proclamando a todos lo que había sucedido. Como resultado, grandes multitudes pronto rodearon a Jesús, de modo que ya no pudo entrar abiertamente en ninguna ciudad. Tenía que quedarse en lugares apartados, pero aun así gente de todas partes seguía acudiendo a él.”

Este hombre que ahora estaba sano recibió una, clara y explícita orden de Jesús… “no le cuentes a nadie”; sin embargo el hombre corrió por las calles pregonando lo que había sucedido… Fijémonos en la actitud de este hombre y comparémosla con la nuestra… ¿no quisieras tu que el nombre de Jesús y su capacidad de sanar y restaurar fuese promulgado por toda tu ciudad?... si eres un verdadero cristiano seguro tu respuesta será SI… , entonces ¿estuvo bien lo que hizo?... NO… porque  en ese momento “esa no era la voluntad de Jesus”… este hombre tenía buenas intenciones pero tuvo malas acciones; la consecuencia: ya Jesús  no podía estar en las ciudades tranquilo para predicar y enseñar el  arrepentimiento.

Tal vez hoy te enfrentes a situaciones en las que tu buena intención  te mueva a hacer algo; sin embargo, pregúntate antes: ¿será esta la voluntad de Dios?... si la respuesta es Sí, entonces continua, pero si la respuesta es No, entonces por buena que sea tu intención, no lo hagas!!! Aahh!! Seguro te preguntarás ¿Cómo se cuál es la voluntad de Dios?.... aunque de eso puedo hablarte ampliamente en otra reflexión, puedo adelantarte que tienes varias pistas a seguir:

¿Contradice algún mandamiento bíblico?
¿Edifica a los que te rodean?
¿Glorifica el nombre de Dios?

¿Quebranta alguna ley?

No hay comentarios:

Publicar un comentario