A
lgunos dicen que una mirada
puede entenderse más que la multitud de las palabras, y que los ojos son
capaces de trasmitir sentimientos, ira, amor, piedad, altivez, misericordia y
aún verdad. Ciertamente los ojos, su expresión y profundidad pueden hablar de
lo que en algún momento sentimos o anhelamos; en ellos la tristeza se hace
evidente, la preocupación se muestra sin decoro, y la alegría hace gala de su presencia.
Los ojos son como puertas del
hombre por donde puede salir todo lo que se lleva dentro, pero como toda
puerta, tambien son capaces de recibir lo que viene de afuera, lo
que miramos entra por nuestros ojos y consigue morada en nuestro ser,
una imagen, una silueta, un momento triste, un paisaje, una obra de arte, una
sonrisa, una lagrima… hay cosas que jamás quisiéramos ver, pero hay otras que
son tan hermosas que vienen acompañadas de suspiros y sonrisas, y esas sí que
anhelamos que inunden nuestra mirada.
La Biblia está llena de milagros
espectaculares, y muchos dieron gusto a sus ojos al verlos, sin embargo creo que
los que vivieron de cerca el andar de Jesús en la tierra, fueron los más
privilegiados; día a día sus ojos eran testigos de lo sobrenatural, sanidades,
multiplicaciones, resurrecciones, prodigios y cosas nunca antes vistas estaban
a la orden del día. No niego que en algunas
ocasiones he pensado en lo
espectacular que hubiera sido vivir ese tiempo junto a Jesús y deleitar a mis
propios ojos con las obras del Maestro, creo
que ver a Jesús devolviendo la vista a un ciego, o resucitando a un muerto sería
mucho más grandioso que ver el más hermoso paisaje actual, pero no, no estuve
allí, estoy aquí, viviendo el ahora, pero con el anhelo intacto de ver las
cosas maravillosas que Dios es capaz de hacer… ¿no sientes tú lo mismo?
Si tú al igual que yo eres de los
que anhelan ver algo espectacular, me gustaría compartir contigo este pasaje,
que nos llena de esperanza y expectativa de que nuestros ojos recibirán las más
hermosas imágenes que puedas imaginar..
38 Conmovido
una vez más, Jesús se acercó al sepulcro. Era una cueva cuya entrada estaba
tapada con una piedra.39 —Quiten la piedra —ordenó Jesús
.Marta, la hermana del difunto, objetó: —Señor, ya debe oler mal, pues lleva
cuatro días allí. 40 — ¿No te dije que si crees verás la
gloria de Dios? —le contestó Jesús. 41 Entonces quitaron
la piedra. Jesús, alzando la vista, dijo: —Padre, te doy gracias porque me has
escuchado. 42 Ya sabía yo que siempre me escuchas,
pero lo dije por la gente que está aquí presente, para que crean que tú me
enviaste.43 Dicho esto, gritó con todas sus fuerzas: — ¡Lázaro,
sal fuera! 44 El muerto salió, con vendas en las manos y
en los pies, y el rostro cubierto con un sudario.—Quítenle las vendas y dejen
que se vaya —les dijo Jesús. JUAN 11:38-44
Gloria a Dios!!! Si crees, verás
la gloria de Dios!!! Aleluya…. No necesitamos vivir la época en que el maestro
estuvo en la tierra para mirar lo que el puede hacer, HOY tu puedes ver su
gloria y su poder manifestarse en tu propia vida, puedes llenar tus ojos de
imágenes maravillosas del mover de Dios en tu vida y en otros… solo tienes que
creer…. Y VERAS LA GLORIA DE DIOS!!!
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