miércoles, 22 de mayo de 2013

Oraciones escuchadas


Uno de los más sorprendentes  atributos de Dios es su capacidad de atender a la oración de todos sus hijos; a diferencia de un padre terrenal que  puede escuchar con atención a un hijo a la vez, nuestro Padre celestial es capaz de oír con atención cada clamor. Mientras tú estás leyendo estas líneas, millones de cristianos alrededor del mundo están elevando oraciones, ruegos, súplicas y clamores  al Dios todopoderoso… “y Él los está oyendo a todos”, y no tan solo eso, sino que tambien está dando respuesta a cada uno de ellos… ES IMPRESIONANTE…

En el Libro de Daniel, se nos relata un episodio  en el que  el profeta está orando a Dios para que se apartase su ira y furor sobre la ciudad de Jerusalén, que se había levantado a causa del pecado del pueblo (Dan  9:16 RV60); el profeta clama por perdón  y restauración  de la gloria de la ciudad y el templo. Me impresiona  en este relato la rapidez en la que el profeta recibe respuesta, leamos:

“Aún estaba hablando y orando, y confesando mi pecado  y el pecado de mi  pueblo Israel, y derramaba mi ruego delante de Jehová mi Dios por el monte santo de mi Dios;  aún  estaba hablando en oración, cuando el varón  Gabriel, a quien había visto en la visión al principio, volando con presteza, vino a mi como  a la hora del sacrificio de la tarde. Y me hizo entender y habló  conmigo diciendo: Daniel ahora he salido para darte sabiduría y entendimiento. Al principio de tus ruegos fue dada la orden, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres muy amado. Entiende pues la orden y  entiende  la visión. (Dan 9:20-23).

Fíjate bien  en las palabras de Gabriel: “al principio de tus ruegos fue dada la orden”…; esta frase denota la atención sobrenatural prestada por Dios (quien da la orden)  al ruego de sus hijos; desde que Daniel comenzó a orar ya Dios conocía la intención  de su corazón, la súplica de su alma y dio la respuesta oportuna. Como hijos de Dios sería un error pensar que el Padre ignora nuestras oraciones, de hecho, orar es un hábito espiritual que provoca el mover sobrenatural de Dios en nuestras vidas. Cuando  nuestros ruegos  son conforme  a  la voluntad de Dios, la respuesta no tarda en llegar. De la misma manera en que Dios amó a Daniel te ama a ti y a mi… ¿acaso crees que Dios te ignoraría si ya hasta dio la vida de su hijo por ti?

Ora, ora, sigue orando, ora sin cesar, Dios oye, Dios ama, Dios responde!!!

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