sábado, 17 de agosto de 2013

Cristianos corruptos

Seguramente el título de esta reflexión te hizo pensar que hablaría acerca de aquellos hombres y mujeres que usan el evangelio como un negocio de estafas y acumulación de riquezas personales, y aunque a la verdad la el mundo religioso actual está lleno de estos, más bien quiero hablarte de un tipo de corrupción que se desarrolla de una forma tan sutil, que casi pasa desapercibida ante nuestros ojos.

Por definición, corrupción se refiere a la acción y efecto de corromper (depravar, echar a perder, sobornar a alguien, pervertir, dañar)… y es indudable que los conceptos de cristianismo y corrupción son por demás incompatibles; los hijos de Dios debemos comprender que el hecho de ser ciudadanos del reino de los cielos (Fil 3:20), no nos hace estar exentos de vivir vidas sometidas a las leyes establecidas por las instituciones civiles de este mundo; pues si vivimos al margen de la ley, la corrupción se hace parte de nosotros. El Apóstol Pedro nos confronta al escribir:

13 Sométanse por causa del Señor a toda autoridad humana, ya sea al rey como suprema autoridad, 14 o a los gobernadores que él envía para castigar a los que hacen el mal y reconocer a los que hacen el bien. 1°Pedro 2:13-14

Los cristianos (seguidores de Cristo), debemos ser personas que se someten a las autoridades, leyes y procesos establecidos como normativa aun cuando sintamos que dichas leyes y procesos nos dificultan el vivir bien; quiero decir con esto que como Cristianos no debemos:

Pagar para acelerar o saltar pasos en un proceso para obtener un crédito
Conectar el cable del vecino para tener más canales
Comernos la luz porque son las 3:00 a.m.
Falsificar documentos o colocar datos falsos
Comprar artículos piratas
Llevarse a casa artículos del trabajo porque allá no hacen falta


En fin, estas y otras cosas parecidas CORROMPEN la ley, por lo que un verdadero Cristiano no debe practicarlas… Algunos al leer esto dirán: “haciendo así es la única forma de vivir bien en este tiempo”…. Más te recuerdo que la palabra dice: “buscad primeramente el reino de Dios (gobierno de Dios) y su justicia (santidad), y todas estas cosas os serán añadidas” (Mat. 6:33)

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