miércoles, 28 de mayo de 2014

AAHH!! Que rabia!!!

Diariamente nos enfrentamos a situaciones que ponen a prueba nuestro carácter, nuestra tolerancia y nuestra paciencia; muchas de estas situaciones involucran a personas que hacen o dicen cosas que en particular pueden ser  tan desagradables como molestas, ocasionando así el que propiciemos o seamos llevados a discusiones que pueden ir desde un comentario áspero hasta los gritos y los golpes. Probablemente si cuentas estos episodios en tu propia vida te faltarían dedos en las manos. Ahora bien ¿Qué dice la Biblia al respecto? ¿Cómo quiere Dios que actuemos ante estas situaciones? ¿Puedo hacer algo para calmar la presión y bajar los ánimos en estas situaciones?

A lo largo de la escritura se nos dan muchos consejos tocantes a la ira, el enojo, la restauración de relaciones rotas y el carácter del verdadero discípulo de Cristo; sin embargo en estas líneas quiero concentrarme en dos, que a la verdad son muy prácticos, por lo cual no debes tener excusas para asumirlos a partir de hoy:

“La respuesta amable calma el enojo,  pero la agresiva echa leña al fuego” Proverbios 15:1. Este primer consejo bíblico se refiere a tu reacción verbal en medio de una discusión… ¿eres de los que no se queda callado(a)???... Dios nos aconseja que respondamos siempre con palabras amables; una blanda respuesta es capaz de llevar los ánimos hacia abajo y lograr que la discusión termine. Claro que a veces cuesta!!! Pero debes orar para pedir fuerzas a Dios y así lograr bajar la voz, dejar la ironía, evitar herir con palabras y en definitiva llevar cada desacuerdo al área de la oración y la conversación hasta alcanzar una solución.

“Si se enojan, no pequen. No dejen que el sol se ponga estando aún enojados” Efesios 4:26. Este segundo consejo bíblico se refiere al tiempo en que se está enojado… ¿eres de los que no olvidan???... Dios nos aconseja que no le demos largas a la solución de nuestros conflictos, indudablemente la palabra nos está advirtiendo de problemas que surgen de mantener un pleito por mucho tiempo, así que, de hecho el consejo es que no pase ni un día y sigas enojado(a). Resuélvelo!!!! Ve ahora mismo, siéntate con la persona, hablen tomando en cuenta el primer consejo y reconcíliense. Esto traerá a tu vida paz y gozo. Esta es la voluntad de Dios.


Bendiciones