jueves, 22 de agosto de 2013

Ánimo

En los deportes, uno de los papeles fundamentales de todo entrenador es el de alentar y brindar animo a sus jugadores; hay momentos en un partido donde por diversas circunstancias los ánimos decaen, el cansancio físico impide seguir con ímpetu el juego, o tal vez una mala jugada desmoraliza y hace caer; es allí, donde el coach surge no solo como un estratega sino como un animador.

Con palabras como: “vamos equipo”, “creo en ustedes”, “yo sé que pueden”, “no se rindan”, el entrenador inyecta una dosis de fortaleza que empuja a los jugadores a continuar y hacer grandes cosas. De la misma manera nuestro Dios nos dice que Él tiene la capacidad de fortalecernos en los momentos difíciles de este juego que se llama Vida. Leamos la palabrea de Dios:

“Que nuestro Señor Jesucristo mismo y Dios nuestro Padre, que nos amó y por su gracia nos dio consuelo eterno y una buena esperanza, los anime y les fortalezca el corazón, para que tanto en palabra como en obra hagan todo lo que sea bueno.” 2° Tesalonicenses 2:16-17

Hay circunstancias en las que queremos renunciar y abandonar; y es allí donde cada uno de nosotros debemos ir a la presencia de Dios en oración y pedir: Señor anima y fortalece mi corazón….. Por su poder y a través de diversas formas Dios lo hará, y te sentirás fuerte, dispuesto y seguro porque la victoria está por venir.


Te sientes desanimado, cansado y sin fuerzas…. En Jesús esta la fuerza que necesitas!

lunes, 19 de agosto de 2013

Sinceridad


Una de las capacidades naturales del hombre actual es la de “aparentar”, entendiendo esto como: manifestar o dar a entender lo que no es o no hay. Esta “virtud” del hombre es sin dudar útil cuando se trata de provocar la aceptación del medio; sin embargo, al tratarse de la relación con Dios, el hombre queda desnudo en cuanto a su sentir, su emoción y aún su pensamiento. Dios es capaz de discernir lo más íntimo del ser, dejándonos imposibilitados de ocultarle nada. La Biblia declara que Dios puede conocer y entender el corazón humano (1°Sam 16:7).

Siendo esto así, debemos comprender como Cristianos que todo acto, liturgia, relación o hecho del cual seamos parte en nuestra vida Cristiana tiene una doble faceta: la exterior, es decir, la que otros pueden ver, y la interior, o en otras palabras, la que solo Dios es capaz de discernir; lo ideal, es que ambas facetas sean reales… podemos aparentar devoción, entrega y deseo por su presencia y aun así nuestro corazón podría estar lejos de Dios, como El mismo lo juzga en Mateo 15:8 al decir “este pueblo de labios me honra pero su corazón está lejos de mí”.

Leamos el siguiente texto de las escrituras:

“Cercano está Jehová a todos los que le invocan, a todos los que le invocan de verdad”

Este verso es el Salmo 145:18 y en él,  la palabra de Dios nos asegura que su deseo es estar cerca de nosotros, con todo los beneficios que esto implica”, sin embargo, nos pide una acción condicional: “invocarlo de verdad”…. ¿qué querrá decir con “de verdad?... indudablemente se refiere a una acción que va más allá de las apariencias, se trata de sinceridad.


Dios nos invita a disfrutar de su presencia, su favor y su mover…. Por esto, toda manifestación del anhelo por Dios, debe hacerse de forma sincera y real… Él conoce tu corazón, y solo responderá cuando lo busques “DE VERDAD”  

sábado, 17 de agosto de 2013

Cristianos corruptos

Seguramente el título de esta reflexión te hizo pensar que hablaría acerca de aquellos hombres y mujeres que usan el evangelio como un negocio de estafas y acumulación de riquezas personales, y aunque a la verdad la el mundo religioso actual está lleno de estos, más bien quiero hablarte de un tipo de corrupción que se desarrolla de una forma tan sutil, que casi pasa desapercibida ante nuestros ojos.

Por definición, corrupción se refiere a la acción y efecto de corromper (depravar, echar a perder, sobornar a alguien, pervertir, dañar)… y es indudable que los conceptos de cristianismo y corrupción son por demás incompatibles; los hijos de Dios debemos comprender que el hecho de ser ciudadanos del reino de los cielos (Fil 3:20), no nos hace estar exentos de vivir vidas sometidas a las leyes establecidas por las instituciones civiles de este mundo; pues si vivimos al margen de la ley, la corrupción se hace parte de nosotros. El Apóstol Pedro nos confronta al escribir:

13 Sométanse por causa del Señor a toda autoridad humana, ya sea al rey como suprema autoridad, 14 o a los gobernadores que él envía para castigar a los que hacen el mal y reconocer a los que hacen el bien. 1°Pedro 2:13-14

Los cristianos (seguidores de Cristo), debemos ser personas que se someten a las autoridades, leyes y procesos establecidos como normativa aun cuando sintamos que dichas leyes y procesos nos dificultan el vivir bien; quiero decir con esto que como Cristianos no debemos:

Pagar para acelerar o saltar pasos en un proceso para obtener un crédito
Conectar el cable del vecino para tener más canales
Comernos la luz porque son las 3:00 a.m.
Falsificar documentos o colocar datos falsos
Comprar artículos piratas
Llevarse a casa artículos del trabajo porque allá no hacen falta


En fin, estas y otras cosas parecidas CORROMPEN la ley, por lo que un verdadero Cristiano no debe practicarlas… Algunos al leer esto dirán: “haciendo así es la única forma de vivir bien en este tiempo”…. Más te recuerdo que la palabra dice: “buscad primeramente el reino de Dios (gobierno de Dios) y su justicia (santidad), y todas estas cosas os serán añadidas” (Mat. 6:33)

jueves, 15 de agosto de 2013

Enamorarse


Una de las palabras más complicadas de definir es AMOR…

Siento que nuestro vocabulario se queda corto para dar luces claras de lo que significa el verdadero amor… algunos dirán que es un sentimiento, otros que no es más que un concepto y tristemente para algunos es solo una palabra vacía y carente de verdadero significado. Pero para aquellos que nos hemos enamorado, si bien nos es igual de difícil definirlo, lo que si podemos hacer es sentirlo e identificar sus señales… se acelera el pulso, las manos sudan, la mente se nubla y las palabras salen entrecortadas, todo esto, solo porque ante nosotros está lo que amamos.

Ahora bien, hay algo cierto en esto de sentir amor, y es que no está solo reservado para personas, de hecho, la Biblia enseña que el hombre es capaz de amar cosas, que en muchas ocasiones, en vez de ser beneficiosas, a la verdad son dañinas y destructivas. Leamos con detenimiento este pasaje en 1°Juan 2:15-17:

15 No amen a este mundo ni las cosas que les ofrece porque cuando aman al mundo, no tienen el amor del Padre en ustedes. 16 Pues el mundo sólo ofrece un intenso deseo por el placer físico, un deseo insaciable por todo lo que vemos y el orgullo de nuestros logros y posesiones. Nada de eso proviene del Padre, sino que viene del mundo; 17 y este mundo se acaba junto con todo lo que la gente tanto desea; pero el que hace lo que a Dios le agrada vivirá para siempre.

Es notoria la intención del escritor de hacernos entender que existen cosas en la vida de las cuales no debemos enamorarnos: los malos deseos del cuerpo, la codicia y la arrogancia no vienen del Padre y por eso no debemos acercarnos a ellas ni amarlas. Implícitamente el autor de esta carta nos exhorta a ir hacia otra dirección… ENAMORARNOS DE DIOS; esto lo hace al enseñarnos que todas las cosas que podemos perseguir en este mundo se acabarán, pero aquel que por amor actúa agradando a Dios vivirá eternamente para disfrutar lo que ama. Esto es maravilloso.

Enamórate de Dios, anhela su presencia, sáciate de su bien, deléitate en sus palabras, goza de su plenitud. El también te ama y nada podrá apartarte de su amor!