Muy
breve es la vida que me has dado; ante
ti, mis años no son nada. Un soplo nada más es el mortal, un suspiro que se pierde entre
las sombras. Ilusorias son las riquezas que amontona, pues no sabe quién se quedará con ellas. Y
ahora, Señor, ¿qué esperanza me queda? ¡Mi esperanza he puesto en ti! Salmo 39:5-7
Siempre
me ha gustado comparar la vida terrenal con la vida eterna, aquí, serán tal vez
ochenta años (si comemos sano, nos ejercitamos y Dios lo permite); pero la
eternidad que viviremos en Cristo no tiene límites, no tiene tiempos, no tiene
fin; sin embargo, el hombre ha permitido que su visión se acorte al punto de
solo interesarse por lo terrenal y pasajero, todos sus esfuerzos se centran en la estabilidad económica, en la
provisión diaria, en el mantenimiento de un status, en la satisfacción del
cuerpo o en el mal interpretado concepto de “disfrutar la vida”, y cuando nos
damos cuentas, ya esa vida se ha ido dejándonos lindos recuerdos pero un enorme
vacío.
El
salmista nos exhorta a entender que el
amontonar riquezas da una falsa
seguridad, él dice: “ilusoria son las riquezas
que amontona…”, no diciendo con esto que debemos salir de nuestros
trabajos y no buscar más recursos para sostenernos, de hecho, la Biblia nos
dice que el Apóstol Pablo le daba una clara instrucción a la Iglesia de
Tesalónica diciéndole: “Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma” 2 Tes 3:10b…
pero lo que el Salmista si nos declara es que las riquezas que podamos acumular
en esta vida, así como los recuerdos hermosos, nuestros seres queridos, nuestro
trabajo o cualquier otra cosa que podamos recibir y guardar no nos proveen una
seguridad verdadera… todo eso lo podemos perder, nuestros amigos y familiares
podrían darnos las espalda, nuestras mentes podrían olvidar los recuerdos,
entonces… ¿Qué esperanza tenemos? ¿en quién podemos confiar plenamente? ¿Quién
puede darle seguridad a nuestra vida?.... hay una sola respuesta… JESUS.
El
escritor de los salmos declara: “y ahora, Señor, ¿Qué esperanza me queda? ¡Mi
esperanza he puesto en ti! Sal 39:7… y cuando ponemos nuestra confianza en
Jesús, algo especial sucede, todo en nuestras vidas toma orden, nuestras
relaciones, nuestras finanzas, nuestra vida entera!!!
Si no
has entregado tu vida por completo a Dios, ahora es el tiempo!!! Ven a la única
fuente verdadera de seguridad… Jesucristo