martes, 30 de abril de 2013

Protegidos


Si has tenido la oportunidad de comprar un teléfono móvil, seguramente has vivido la experiencia que todo comprador atraviesa: “el cuidado extremo”… desde que sales de  la tienda, y más si pagaste un alto precio por el equipo, tratas al teléfono como la más grande joya que has poseído, lo cuidas de caer al piso, limpias su pantalla a cada momento, solo lo colocas sobre superficies suaves y sin peligro de resbalar… (Sé que muchos se  identificaron)… sin embargo después de un tiempo, y por diversas razones como, el gusto por otro modelo, la costumbre, o la disminución de la emoción, dejamos de tener tanto cuidado, y el trato al aparato cambia… que se caiga al suelo ya no es problema, lo mantienes sin forro, ya limpiarlo no es una prioridad, y si alguien al otro lado de la habitación lo necesita, lo lanzas sin complicaciones… (Sé que muchos también se identificaron con esto)…

La Biblia nos dice que Dios pagó un alto precio por cada uno de nosotros (1Cor 6:20), ese precio fue la sangre derramada en la cruz  del calvario la cual, cancelo la deuda por nuestros pecados y nos acercó al Padre; si bien esto es así, debemos entender que somos del Señor… Lee con atención la descripción que Pedro da acerca de los que somos hijos de Dios:

Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable. Ustedes antes ni siquiera eran pueblo, pero ahora son pueblo de Dios; antes no habían recibido misericordia, pero ahora ya la han recibido. 1°Pedro 2:9-10 NVI

La verdad de la escritura nos confirma que “pertenecemos a Dios”; ahora bien, si somos el especial tesoro de Dios, debemos reconocer que él nos cuida, pero a diferencia de nosotros y nuestros bienes (como el teléfono), el Señor nunca deja de amarnos, apreciarnos y cuidarnos; él nos asegura por medio de la Biblia que el tiene cuidado de nosotros: “echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.” 1°Pedro 5:7, y que ese cuidado no es momentáneo sino eterno; fíjate  en el siguiente pasaje bíblico que muestra la intención de Dios para los que son su pueblo:

“Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.” Jeremías 31:3 y  luego el Apóstol Pablo confesó: “Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.” Romanos 8:35-39

Así que, puedes descansar en la promesa de que estas bajo el cuidado y la protección de Dios, sus  ojos están puestos sobre ti, para guardarte, guiarte y protegerte. Bien lo escribió el salmista: “Encomienda a Jehová tu camino y confía en él y el hará” Salmo 37:5

Oración: Amado Padre enséñame a descansar en tu cuidado, reconozco que tú eres mi guardador, y que tu amor nunca falla, me pongo en tus manos, pues sé que tú me cuidas siempre. En Cristo, Amén 

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