viernes, 26 de abril de 2013

Lluvia


Ayer en mi ciudad cayó una fuerte lluvia, tan fuerte que los drenajes colapsaron y por unas horas las calles transitables se convirtieron en ríos donde algunos desearon mas tener un bote que un carro… cuando las lluvias son tan fuertes podemos percibir por doquier el caos y en muchos casos la desesperación, las vías se cierran, las casas se inundan, los comercios deben cerrar y lo que es inevitable, la gente termina mojada de pies a cabeza; ante esta situación es normal sentirse mal y fastidiado por la situación, llevándonos a una constante queja por lo tedioso de librar con este suceso del cielo. Pero mientras nosotros estamos lidiando con las consecuencias duras del aguacero, ignoramos que otras cosas no tan perceptibles están sucediendo gracias a la lluvia, por ejemplo, la tierra está recibiendo el nutriente vital para que las siembras germinen, los embalses se están llenando para proveer agua a la civilización, los arboles y demás plantas están recibiendo vida para darnos el oxigeno necesario para vivir, las represas se llenan para producir energía para nuestros hogares…

¿Te das cuenta de la analogía con la vida?... Ciertamente no es sencillo atravesar las tormentas del andar diario, no es fácil enfrentarnos a esos problemas que caen como lluvia sobre nosotros, incesantes, llenándonos de momentos duros que casi nos ahogan… pero cada creyente debe entender que Dios tiene el control, y que al permitir que la lluvia caiga y que las pruebas lleguen a nosotros, el mismo está trabajando en algo que tal vez no es tan visible pero que de seguro es beneficioso para ti!!!  La Biblia está llena de promesas sobre el cuidado de Dios y acerca del obrar del Padre aún en medio de la dificultad. Al parecer, como hijos de Dios en ocasiones creemos que el Señor solo obra en bendición por medio de momentos felices o cuando todo está saliendo bien, sin embargo la Biblia está llena de historias en las que el pueblo de Dios tuvo que pasar por momentos de opresión y dificultad para ver la obra majestuosa del poder de Dios. La mejor actitud que puedes tener ante la lluvia y la tempestad es aferrarte a las promesas de Dios, confiar en él y descansar esperando la manifestación gloriosa de lo que Dios está haciendo. Algunas de las promesas en las que te puedes refugiar hoy son:

 Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. Romanos 8:28


Así que no temas, porque yo estoy contigo;    no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. Isaías 41:10

Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo. Juan 16:33

Oración: Señor reconozco que así como la lluvia trae beneficios sobre la tierra, las pruebas que me haces experimentar también son para mi bien, todo me ayuda a bien; enséñame a descansar en tus promesas para estar en paz en medio de la tempestad. En el nombre de Jesús, amén

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